Entrevista a...
Ricardo Jiménez
Pedro Gómez
Manzanares
(Madrid,
9 de Febrero 2013) |
Ricardo
Jiménez
|
Teníamos pendiente hacer
una entrevista a Ricardo Jiménez. Ha llegado el momento de rebuscar y
perdernos entre sus recuerdos y compartir sus experiencias, sus
anécdotas y sus consejos. Un frío sábado del mes de
febrero, en el que el aire seco congela la piel, tenemos cita en su casa. Nos
acompañan otros amigos comunes, Juanita Ruiz y Andrés Fuentes,
antiguos componentes del coro del Teatro de La Zarzuela, donde tantas noches se
aplaudió insistentemente a nuestro protagonista. En cada rincón
de su casa se escucha el murmullo de sus romanzas. Fotos, carteles,
grabaciones… los recuerdos de nuestro protagonista fluyen entre
nosotros. En el aire flota su voz, la voz de un gran tenor, un buen amigo y una
gran persona.
Ricardo Jiménez, a quien
un concurso de televisión le cambió la vida dejando otras
ocupaciones para dedicarse a la lírica, tiene en su repertorio unas
treinta zarzuelas, varias óperas, casi cien romanzas y dúos,
varios discos grabados… pero sobre todo tiene una gran compañera,
su esposa Fermi que con sus hijas forman una excepcional
familia.
Ricardo, hablemos de aquel programa del que saliste triunfador
y que cambió tu vida. Se llamaba La Gran
Ocasión y se trataba de un concurso de voces de diferentes estilos
en el que, sábado tras sábado, durante seis largos meses
compitiendo, logré llegar a la final y posteriormente ser el vencedor
absoluto aquel año 1972. Era un programa seguido por muchos
espectadores, hay que recordar que en aquellos años solo había en
España un canal de televisión. Se hablaba de que la final fue
seguida por 18 millones de espectadores. A lo largo de esos meses canté
muchas arias y romanzas de óperas y de zarzuelas como La
Gioconda, La pícara molinera, Marina…. El
día de la final canté Payasos.
¿Cómo influyó
todo ello en tu carrera? Cambiaron cosas en mi vida,
dejé mi trabajo comercial para dedicarme a lo que realmente me gustaba.
Mi cara y mi voz se hicieron muy populares entre todos los televidentes, en
especial entre los que amaban la lírica y en particular la zarzuela.
Quise crecer en mi carrera y aunque había recibido clases en el
conservatorio, decidí completar mi formación de la mano de
Marimí del Pozo. Las actuaciones se multiplicaban e iban marcando el
camino hacia mi debut en el Teatro de La Zarzuela. Estuve varios años en
la Compañía Albéniz, que dirigía Juan José
Seoane, con la que actuábamos una media de quince a veinte veces al
mes.
¿Cuándo llegaste al Teatro de la
Zarzuela? Al principio eran solo conciertos, luego llegaron
obras completas como Marina y Rigoletto. Después vino
mi llegada al Teatro de La Zarzuela en 1978 donde estuve como tenor hasta 1982.
Me ayudó a entrar en el Teatro el que era mi representante y amigo Fidel
Armero, esposo de la gran escultora Elena Lucas. Debuté con
Doña Francisquita dirigida por Osuna y Moreno Buendía
acompañado de Josefina Meneses, Martín Grijalba, Rosario
Gómez, Jesús Castejón, Amelia Font y Rafael
Castejón. Después canté numerosas obras como
Marina, Jugar con fuego, Don Gil de Alcalá,
la ópera El barbero de Sevilla, La bruja, El
barberillo de Lavapiés, La meiga,
Fuenteovejuna… pero siempre me quedé con ganas de cantar
La generala. De todas ellas guardo un recuerdo especial para Jugar
con fuego que canté en 1980 bajo la dirección de Luis
Balaguer y Moreno Buendía. Recuerdo que, en una de las representaciones
de esta obra, a un tenor se le cayeron los pantalones en escena y Josefina
Meneses, con un rápido movimiento, se los subió.
¿A quiénes recuerdas
de aquella etapa? Sería largo de escribir la lista
de ellos y posiblemente me olvidaría de muchos, pero me vienen a la
memoria Josefina Meneses, Maricarmen González, Ana María Lahoz,
Maravillas Losada, Pedro Farrés, Martín Grijalba, Catalina
Moncloa, Mario Ferrer, la gran pianista Aída Monasterio… Dentro
del magnífico plantel de voces, que siempre ha habido en España,
si tuviera que destacar las voces que más admiraba, estaría en
primer lugar Alfredo Kraus, con él Montserrat Caballé y Jaime
Aragall. Kraus en una ocasión me recomendó escoger un repertorio
del que no debería salirme. También recuerdo que me dijo que
podría llegar a ser su sucesor. A nivel musical, guardo un grato
recuerdo de los maestros Moreno Buendía y José Antonio
Torres.
¿Qué recuerdas del
estreno de Fuenteovejuna? Estrenamos la obra en 1981, la
parte musical había sido escrita por Moreno Buendía y el libreto
por Martín Descalzo, basado en la obra de Lope de Vega del mismo nombre.
La dirigieron el propio Buendía a nivel orquestal y Joaquín Deus
en la parte escénica. Mi compañera era Josefina Meneses,
allí estaban también Farrés y otras grandes voces,
acompañados por ese gran coro que formaban y forman, bajo la
dirección de José Perera en aquel momento y Antonio Fauró
en la actualidad, los titulares del Teatro de La Zarzuela. En un momento de
la obra en el que yo estaba apuntando con la ballesta al comendador,
representado por Farrés, se rajó mi pantalón por la parte
posterior y tuve que ir “marcha atrás” hasta salir del
escenario para que de forma rápida lo cosieran y poder volver a la
escena.
¿Qué piensas de la zarzuela en esos
momentos? No la veo bien, creo que si seguimos en la
línea actual puede llegar, incluso, a desaparecer de nuestros teatros.
Creo que falta cariño y respeto por ella a nivel político y
gerencial. Ahora se actúa poco y se gana mucho, lo digo en
comparación con lo que ocurría en mi etapa en la que se cobraba
por actuación entre 5.000 pesetas (30 euros) y 10.000 pesetas (60 euros)
dependiendo si se tenía un papel secundario o principal, pero por el
contrario se hacían dos representaciones al día durante seis
días a la semana, es decir doce actuaciones semanales. A la Zarzuela
la han ido dañando algunos directores escénicos añadiendo
o eliminado partes en las obras y haciendo elecciones de cantantes poco
adecuadas.
¿Qué aspectos
positivos y negativos aportó Tamayo con su
Antología? Aunque viajé con otros
grupos a Francia, Italia, Alemania, Bélgica etc, la Antología de
Tamayo nos permitió viajar a muchos cantantes y llevar la zarzuela a
muchas personas de muchos países como Cuba, Panamá, Costa Rica,
Venezuela, Colombia, Estados Unidos… Creo que su idea de juntar en un
solo espectáculo números conocidos de diversas zarzuelas,
logró captar a nuevos aficionados y repescar a algunos que quizás
se habían alejado de este género. También
destacaría el hecho de poder escuchar muchas y escogidas romanzas y la
voz de muchos cantantes, lo que permitía dar trabajo a más
compañeros. No tan positivo era que se privaba al aficionado de
escuchar los textos y de ver montajes de obras completas. También debo
recordar que los cantantes no siempre podíamos decidir los
números que íbamos a cantar, esa era una decisión del
propio Tamayo.
Sabemos que conoció a Pablo Sorozábal.
¿Qué recuerda de él? Además de
ser un gran compositor y director musical, guardo grandes recuerdos de
él. Por cierto, siempre he añorado el poder cantar y representar
su obra La isla de las perlas, pero me tuve que conformar con cantar
la romanza de tenor en un homenaje que le hicimos. Le pedí
autorización para grabar La tabernera del puerto y no le
gustó la idea pues decía que después de grabarla Kraus
nadie estaría en sus mismas condiciones. Pero una vez la cante estando
él presente y no paró de aplaudirme. Recuerdo que le hicimos
un homenaje en un restaurante vasco en Madrid y en un momento determinado se
puso a cantar el “Despierta, negro” de La Tabernera del puerto
y se le cayeron los dientes postizos.
Ricardo ¿Qué
recomendarías para revitalizar a nuestra zarzuela?
En nuestro Teatro de la Zarzuela se hacen montajes escénicos de calidad
y tiene un coro y una orquesta de gran valía, pero hay que poner
más zarzuela en este y en otros teatros y en la radio y en la
televisión y en todos los sitios donde sea posible. Antes había
en el propio Teatro de La Zarzuela, además de la temporada habitual de
zarzuela con más obras que ahora, una temporada de verano con
género chico. Como decíamos antes, la elección de
buenos cantantes es un factor decisivo, ellos pueden engrandecer una obra o
llegar a dañarla. Creo que también sería importante
abaratar las entradas para que los jóvenes pudieran tener más
opciones de asistir, pero también las personas de más edad, que
con bajas jubilaciones no les permiten asistir tanto como les
gustaría. A los jóvenes cantantes les diría que
estudien todo el solfeo, canto, declamación que puedan, que se busquen
buenos profesores de canto además del conservatorio y que tengan mucha
paciencia. Pero sobre todo les diría que sean creíbles en tus
actuaciones, que contagien y transmitan sensaciones a los espectadores.
Aquí cerramos la
entrevista pero no terminaremos sin decir a los autores y editores del libro
titulado 150 años (1856 – 2006) Teatro de La Zarzuela:
“¡Qué grave error haberse olvidado de una figura como
Ricardo Jiménez”!. ¿Propio de una falta de conocimiento?
¿Propio de una falta de rigor en el trabajo de documentación?
¿Falta de interés?...
© Pedro Gómez Manzanares
2013
in English portada de zarzuela.net
26/II/2012 |