La
Bruja


Teatro de
La zarzuela


(Madrid, 21st November 2002)

crítica de
Pedro Gómez Manzanares

La bruja (sculpture, Chapi monument)
la bruja

El pasado día 21 de Noviembre fuimos testigos de la nueva puesta en escena, en el inigualable recinto del Teatro de La Zarzuela, de una de las grandes obras de nuestro teatro lírico, nos estamos refiriendo a La bruja.

El maestro Chapí ya demostró su calidad como compositor a lo largo de toda la partitura, compuesta por veintidós números musicales, y Miguel Ramos Carrión junto con Vital Aza, pusieron su sabiduría en este libreto que parece un 'cuento fantástico', ambientado en la España de finales del siglo XVII, durante el reinado de Carlos II 'El hechizado'. Todos ellos completaron esta 'joya de la corona', cuyo estreno se produjo el 10 de diciembre de 1887 en este mismo recinto, que en aquellos días estaba regido por Felipe Ducazcal, y constituyó la salvación económica de la temporada de zarzuela 1887-8.

El día del reestreno se vivían los prolegómenos en las puertas del teatro y en su interior, todos estábamos expectantes para ver qué "salía" de las manos de Luis Olmos, director que no había trabajado anteriormente con ninguna zarzuela, era una gran obra que debería tener una gran puesta en escena. Vimos al gran e inolvidable Luis Sagi Vela, a Josefina Meneses, a Luis Varela, a Francisco Valladares, a la familia Amengual y a tantas y a tantas personalidades de nuestro teatro, que todo hacía presagiar un gran acontecimiento.

No queremos desvelarles toda la fantasía volcada en esta producción, pero desde la primera escena creímos estar sumergidos en un cuento. Asistimos a un montaje innovador, de los no solo no dañan a nuestra zarzuela, sino que la enriquecen y hacen crear ilusión a los aficionados mas jóvenes. No rompe el espíritu de la obra ni desvirtúa, a nuestro juicio, la idea con la que fue concebida por sus autores.

La producción es excelente y como suele ocurrir en estos casos, es difícil destacar algún aspecto, pero dado que toda opinión tiene un carácter subjetivo, nos permitiremos hacer una alusión a la dirección escénica, a sus decorados y a la dirección e interpretación coral, las manos de Luis Olmos, Gabriel Carrascal y Antonio Fauró, dejan la huella esperada en este montaje.

Respecto a los cantantes, y aclarando que aún nos queda por deleitarnos con otros elencos, el del día 21 tuvo una actuación destacada, el tenor Carlos Moreno (Leonardo) con una gran voz, a la que solo me atrevería a pedirle que “sacara” mas partido a esa excelente jota que destaca por su popularidad dentro de toda la magnífica partitura del maestro Chapí. Difícil es la parte musical asignada a la soprano, que requiere una gran extensión de voz pero que la experiencia y calidad de Milagros Martín (la bruja), la hicieron salir, como siempre, airosa.

Nos causó una grata sorpresa el tenor cómico Julio Morales (Tomillo), que se desenvolvió con soltura y sintiéndose a gusto en el papel, con el paso de las representaciones se irá creciendo sin duda alguna. Con ellos Marta Moreno (Magdalena), bien como es costumbre, Silvia Vázquez (Rosalía) haciendo una buena pareja con Morales, Carmen Belloch (La superiora) y Carlos Bru (el cura). No nos pareció adecuada la voz del inquisidor Abel García, creemos que debería ser mejorada ya que desluce en algunos momentos la calidad del conjunto.

La dirección musical fue a cargo de Manuel Galduf, quien supo imprimir en todo momento el sello que Don Ruperto quiso transmitir a una gran orquesta que, como es habitual, tuvo una actuación destacada. El coro, un excelente grupo de profesionales, dejó demostrada su experiencia y buen hacer a lo largo de toda la representación, pero en especial en varios números: "Las hilanderas", "Los pelotaris", "El brindis", "El rataplan", no obstante, a nosotros nos gustó especialmente el de "Las educandas" por su perfecta coordinación de voces.

No soy partidario de la aparición excesiva del ballet en escena, pero en esta ocasión me parece totalmente acertada en todos casos, no desviando la atención de la escena nunca, todo lo contrario, acompañando y fortaleciendo el significado de la misma, acentuando el carácter de cada cuadro. Destacada, pues, la labor de Fuensanta Morales. Tampoco podemos olvidar el gran trabajo de Mª Luisa Engel (figurines) y Juan Gómez Cornejo (iluminación).

En resumen, una gran obra desde su origen, que se lo debemos a sus autores y en particular a Don Ruperto Chapí, con un buen libreto que ha sido retocado para esta producción por Luis Olmos, que ha supuesto una excelente producción, y que es lo que necesita nuestra zarzuela para poder ocupar ese puesto del que nunca debió salir y que está en camino de volver a alcanzar si se trabaja en esta línea. Enhorabuena por la producción y prometemos volver a verla.

Madrid 27 de noviembre 2002
© Pedro Gómez Manzanares

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