Cerremos los ojos y viajemos por un instante a la noche del 2 de julio de 1886, fecha del estreno de La Gran Vía. Nos encontramos en el Café del Vapor, sito en el número 2 de la calle Mesón de Paredes, esquina con la Plaza del Progreso (hoy Tirso de Molina.) El milagro es posible gracias a ese hada madrina que siempre logra arrancar al público una sonrisa por su simpatía e imaginación llamada Esperanza Roy. “La Esperanza es lo último que se pierde”, nos recordará, y de su mano esperaremos a que Don Federico regrese del Felipe acompañado de ratas, menegildas y caballeros de gracia. De esta idea parte el homenaje al músico chispero donde los haya que el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid ha organizado, eligiendo por tercer año consecutivo un espacio tan representativo como la Plaza Mayor durante las fiestas de San Isidro, patrón de Madrid, y proponiendo un elenco de cantantes que no provienen del mundo de la lírica. El lleno, como era de esperar, fue rotundo y una plaza abarrotada de gente -¡de todas las edades!- escuchó y disfrutó de la música de ese autor que a la vez que transmite una alegría desbordante habla al corazón desde un lenguaje sencillo y verdadero. Si bien la anécdota dramatúrgica urdida por Manuel Maestro no discurrió con mucho interés el espectáculo se desarrolló de manera asombrosamente explosiva gracias a interpretaciones musicales de una calidad, en muchos casos, impecable o incluso sobresaliente. En este sentido, la dirección musical de Luis Remartínez con la Orquesta del Centenario anduvo muy acertada y briosa. Cada número se entendió como un nuevo clímax y el resultado final para todos resultó vibrante y excitante. ¿Cómo no citar la canción de la gitana de La alegría de la huerta interpretada con jondura y dolor por la siempre genial Diana Navarro…? Muy destacables fueron el tango de El año pasado por agua de altísimo voltaje por Greta o la emocionante, sorprendente y chapiniana romanza de La corría de toros por la superlativa Charo Reina. Sin duda fue toda una sorpresa encontrarse con un fragmento tan poco conocido en un espectáculo de estas características; debemos reconocer que en esta ocasión la extensa selección de números se definió de manera muy acertada y equilibrada. Las Supremas de Móstoles fueron tres deliciosas ratas de La Gran Vía y Malú interpretó con discreción el chotis del mismo título. Menor fortuna tuvo Manu Tenorio, que no fue un Caballero con mucha Gracia, todo lo contrario que David Venancio Muro que cautivó con su simpatía en las coplas de Wamba (El bateo) y el delicioso vals de Neptuno de El año pasado por agua. Fue el intérprete que, además, interpretó al personaje de Chueca en un parlamento que emocionó a más de un asistente (¿o a más de cien…?) La lista no quedaría completa sin citar a Fernanda Castillo y María Adamuz que supieron encarnar a dos rotundas Manuela y Pepa en Agua, azucarillos y aguardiente. Junto a ellas, cómo no, el Coro Maestro Guridi dirigido por Juan Pablo de Juan y que supo desfilar, cantar ¡e interpretar! de manera más que solvente. Un aplauso para Paco Azorín -director y escenógrafo- que junto al vestuario de Chari Esteban logró delinear un espectáculo que huía de tópicos y del mantoneo en el que es tan fácil caer en antologías de estas características. Ambigüedad y elegancia para una puesta en escena “de esmoquin” y paño fino que a todos gustó y que logró, ante todo, transmitir y comunicar al público de qué se estaba hablando: de Chueca, ¡siempre Chueca! El músico esta vez más popular que nunca, como él quería ser. El alma de Madrid, un barbián que compuso más de medio centenar de obras (¡hoy muchas de ellas en absoluto olvido por extraño que parezca!) para una ciudad siempre joven y que quiere ante todo vivir y divertirse. Cien años después de su fallecimiento su música nunca se ha ido, de eso estamos seguros; sigue hablando directa al corazón en propuestas tan originales y atractivas como ésta por lo que nos quitamos el sombrero y decimos unánimemente: ¡felicidades, Maestro! © Enrique Mejías García 2008 Reparto : Greta, Malú, David Venancio Muro, Diana Navarro, Charo Reina, Esperanza Roy, Las Supremas de Móstoles, Manu Tenorio, Fernanda Castillo, María Adamuz y Nino Abou. Paco Azorín (dir. esc.); Chari Esteban (vestuario); Tino Sánchez (coreografía); Ximo Díaz (iluminación); Manuel Maestro (dramaturgia); Coro Maestro Guridi ( dir. Juan Pablo de Juan); Orquesta del Centenario; Luis Remartínez ( dir. mus.) in English 12/VI/2008 |