El duo de La africana - (c) Ros Ribas

El dúo de La africana
Un espectáculo de Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé
a partir de la zarzuela homónima de Echegaray y Caballero


Producción del Teatre Lliure
(Madrid, Teatro María Guerrero, 16 de Enero de 2009)

Una crítica de Ignacio Jassa Haro


El año 2007 la prensa de Cataluña dio cumplida cuenta de un estreno singular en esas tierras: Una producción del posmoderno Teatre Lliure con el sorprendente título de una célebre zarzuela espanyola: El dúo de La africana. Lo que resultó más llamativo no fue la acogida positiva que, en general, le dispensó la crítica teatral -algo habitual con el trabajo del consolidado tándem Cunillé/Albertí- sino el hecho de que los comentaristas alcanzaran el consenso conviniendo que el montaje constituía a la par que una propuesta escénica de primer orden un elocuentísimo ejercicio de reivindicación de la vigencia actual del género chico.

Ante semejante carta de presentación se puede entender la expectación con que recibimos la presencia de esta puesta en escena durante un mes largo en la cartelera del Teatro María Guerrero de Madrid insertada dentro de la vastísima temporada del, desde hace poco tiempo bicéfalo, Centro Dramático Nacional. Un espacio como éste se tornó en el continente ideal para un montaje de impactante a la par que clásica visualidad: una escenografía y vestuario de preciosista factura y una de las mejores iluminaciones que recordamos en mucho tiempo en los escenarios madrileños contribuyeron a recrear un ambiente de decadente lujo donde las trazas neo-mudéjares de los palcos del antiguo coliseo de la Princesa bien podían haber sido las de los salones del palacio presidencial de Nueva Peñaranda donde esta adaptación dramatúrgica está ambientada.

El duo de La africana - (c) Ros RibasCunillé y Albertí no se limitan a ofrecernos su personal lectura de la zarzuela de Echegaray y Caballero sino que idean un marco espectacular en el que insertar la trama argumental y la música de esta joya del género chico estrenada en 1893. Para ello fabulan las desventuras de una compañía catalana de zarzuela de gira por el subcontinente hispanoamericano que pretende lograr permiso para actuar en la capital de la antes mencionada república bananera. Con el fin de lograr el visto bueno oficial optan por reunirse con la esposa del tiranuelo adulándola y ofreciéndole una interpretación personalizada y comentada de la pieza que pretenden representar (¡que por supuesto es El dúo…!) para que, ganándose su voluntad, interceda ante su marido a favor de los cómicos.

Dicho marco dramatúrgico es trazado por Cunillé y Albertí hilando con talento una serie de dispares fragmentos literarios de varios autores de la España del cambio de siglo desde el propio Miguel Echegaray o Valle-Inclán hasta Gómez de la Serna o Miguel Mihura sin olvidarse de la atractiva y singular figura de Tórtola Valencia sobre la que ya habían trabajado previamente (y que es homenajeada a través del personaje de la bailarina de los pies descalzos, magistralmente recreada por la aquí camaleónica Alicia Pérez). El resultado final de este collage de textos, al margen de su evidente carácter surrealista, logra teñir el escenario de un alocado espíritu "años veinte" de logrado sabor en el que el humor directo del más antiguo -que no anticuado- libreto de Echegaray destaca por su mayor efectismo (de modo que los chistes de la propia zarzuela, no por sabidos dejan de ser los más reídos por el respetable).

Para materializar esta historia estratificada (coherente con el planteamiento de la obra "original" de Echegaray y Caballero en la que la ópera como género se cuela en la representación de la zarzuela) se ha reunido un equipo de actores de reconocida trayectoria que saben acometer con talento ese imprescindible cambio de registros, sirviendo con gusto cuando así procede a sus cometidos canoros. Las féminas del reparto han llamado nuestra atención por su fisicidad: visual en el caso de la gobernadora de Chantal Aimée y de Alicia Pérez en su triple cometido, vocal en el caso de la Antonelli de María Hinojosa y una combinación de ambas en el caso de la primera corista Carme Sánchez. Los del sexo feo se llevaron a nuestro modesto entender el gato al agua a través del valor de la palabra: Lo mismo el deslenguado Greguerío de Joan Carreras, que el locuaz empresario de Pepe Arquillué, el galante Giuseppini de Miquel Cobos o el tímido regidor de Oriol Genís.

Para rayar a tal altura interpretativa además de con su propio talento este equipo actoral contó con la admirable dirección (tanto escénica como musical) de Xavier Albertí, que supo estimularles contagiándoles su optimismo a raudales. El pianismo elocuente de Albertí, que lo mismo logró dar el adecuado relieve a la breve pero jugosa partitura de Caballero que componérselas con las deliciosas ligerezas de autores como Paul Lincke, Florentino Rosas o Federico Chueca, supuso un perfecto colofón a esta feliz concatenación de astros.

Sólo una pregunta nos atormentaba a la salida del teatro mientras saboreábamos un café con tostada en el cercano Café Gijón: ¿En qué condicionó la obra de partida la labor de nuestros adaptadores? ¿Habría sido distinta su propuesta de haber elegido otro título de género chico? No nos atrevemos a aventurar una respuesta aunque de una cosa estamos seguros: la lectura llena de amor al buen teatro y libre de prejuicios hacia géneros denostados por la "vanguardia" parece haberles acompañado. Dejemos en cualquier caso que Cunillé y Albertí nos den su propia respuesta: su corte de Faraón nos espera en breve en el Teatro de La Abadía y ya contamos las horas que nos restan para ver la lectura que nos van a proponer de este emblema del género ínfimo.

© Ignacio Jassa Haro 2009


Reparto: Chantal Aimée (Sra. Gobernadora); Xavier Albertí (Pianista); Pere Arquillué (Empresario); Joan Carreras (Greguerío); Miquel Cobos (Giuseppini); Oriol Genís (Regidor); María Hinojosa (La Antonelli); Alicia Pérez (Bailarina de los pies descalzos, Amina, Doña Serafina); Carme Sánchez (1ª voz femenina del coro); Coro de Cámara Fòrum Vocal (dir. Daniel Mestre); Escenografía - Lluc Castells; Iluminación - Albert Faura; Vestuario - María Araujo; Caracterización - Toni Santos; Movimiento - Barbara Kasprovicz; Espacio sonoro - Jordi Orriols; Dramaturgia - Lluïsa Cunillé; Dirección - Xavier Albertí
Producción del Teatre Lliure (2007)

El duo de La africana - Teatro Maria Guerrero


Manuel Fernández Caballero
portada de zarzuela.net

17/III/2009